La Emergencia de La Esperanza. Una nueva forma de articulación, una nueva forma de relacionarnos y de caminar

América Latina es un continente que, si bien sabemos es el más desigual del planeta y que tiene una historia marcada por la violencia de clase y racial, generada y cultivada por los colonizadores, también sabemos que es el continente que alberga la esperanza, las nuevas formas de organización o por lo menos somos el continente que abandera la consolidación de una nueva forma de organización social con potencia, nuevas maneras de lucha emergentes que contemplan las luchas por la tierra y por la dignidad de la tierra, los derechos de la mujer, de los afros, de los indí­genas, el reconocimiento de las culturas comunitarias, el reconocimiento como sujetos, como personas con historia, vida, proyecto y futuro por parte de los marginados y los condenados de la tierra como dijo alguna vez Fanón. América Latina es, la emergencia de nuestras raí­ces, de las formas de ser, estar y sentir opacadas y oprimidas por la lógica europea. Los colectivos, los movimientos sociales, las comunas, los consejos comunales son expresión de la emergente configuración política que va más allá de las estructuras tradicionales existentes e impuestas en nuestro continente por la lógica europea. Estas nuevas conformaciones son encuentros y re-encuentros con nuestras raí­ces; son a la final un re-encuentro con nos-otros mismos. Un viaje de vuelta a lo que somos, a la humanidad -la humanidad- como condición dependiente del humus, de la tierra, de la relación con la tierra, con la común-idad de vida. Por ello hablar de colectivos, de comunas, de cultura comunal es acercarnos, comprendernos y sentirnos de otra manera, es una onto-epistemologí­a distinta, es otra manera de conocer y de relacionarnos con el mundo. Dice el viejito Dussel que: "el ser humano es esencialmente social, que eso de individuo no existe, pues todos somos interdependientes, si no fuese así­, no tendrí­amos ombligo" y tiene razón porque somos seres que tenemos sentido de identidad a través de otro, tenemos identidad grupal, somos sujetos de la comunidad, no solos, nadie nace y existe solo, eso de la propiedad privada, de la posesión de la negación como sujeto es una visión empobrecida, miserable y oscura que vino con Europa, con Occidente. Europa nos consideraba y nos considera aún objetos, además de la beodez en considerar que la cosmovisión occidental del mundo es la mejor y por eso hay que imponerla en todo el mundo como lo dijo Berlusconi.

Esta misma y arrogante visión es la que primó en los colonizadores y muchos de los próceres independentistas como el general de la Capa Roja, apodo puesto por los sangrientos asesinatos cometidos a los indí­genas en Venezuela o peor aún el caso Argentino donde Rivadavia contrató a un asesino Alemán para acabar indí­genas con la excusa de que no tení­an salvación por no tener sentido de la propiedad y ser anarquistas. Por ello no podemos fijarnos en las maneras organizativas ya melladas, que alojan al individualismo, la verticalidad, la dominación, y la jerarquización, necesitamos otros modos de encontrarnos, de pensarnos y sentirnos en comunidad, en con-junto. He ahí­ los movimientos, los colectivos, las comunas como el regreso a lo más profundo y sencillo de lo humano, a esa condición de ser vulnerable y dependiente de y con otros.

La invitación a nuevas formas de organización es, la invitación a la autonomí­a, a la autodeterminación, a la co-responsabilidad, al re-conocimiento, en sí­ntesis a la posibilidad de ser sujeto liberador, constructor de nuestro propio destino.

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Colectivos y Comunidad. Casa del Costurero. Mérida, Venezuela. Foto: Colectivos del Costurero.

Encontrarse en grupo, aprender en grupo, pensar-nos y sentir-nos en grupo es una ruptura epistemológica, es una concepción del mundo, una mirada del mundo desde otro lugar, es re-construir los canales comunicacionales, volvernos a entender, es re-construir-nos

Volvernos a encontrar cara a cara, hombro con hombro es construir el tejido social a partir de lo cotidiano, de las necesidades.

Necesitamos entonces cambiar un montón de matrices, las palabras con las cuales referenciamos el mundo, la manera de actuar, de pensar, de sentir… Necesitamos para lograr una revolución de paradigma, mirarnos y admirarnos desde otro lugar, desde la esperanza de ser los nuevos humanos que debemos morar desde ahora sobre la madre tierra, Pacha Mama o Gaí­a, esta esperanza es vista por nosotros como proyecto como lo decí­a Freire, como un pro-yecto, un lanzarse hacia adelante que, sencillamente es el encuentro hombro con hombro y mirada a mirada de los indí­genas, los afros, los de abajo, los de a pata, los excluidos y los pobres en la planificación desde el aquí­ y el ahora de un futuro común en el que todos quepamos.

La constitución de la comuna como vuelta a la humanización, de los colectivos como cultura popular y grupal, de los movimientos sociales como articulación de luchas para elevar otras formas de ver el mundo, somos los parteros de una nueva humanidad que se direcciona a ser esperanza del nuevo mundo.

Colectivo Pintar Obedeciendo.
Historia de la lucha y la cultura zapatista 2007, Paraiso Tulijá, MAREZ Ricardo Flores Magón. Foto: S. Petersen

Foto cabecera: Prensa Latina. 1ra Cumbre de Movimientos del ALBA 2009.