Sobre el Tema del Urbanismo, La Comunicación y El Plan de la Patria.

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Imagen tomada de la web: http://equilibriocosmico.blogspot.com

El plan de la patria en su conjunto es, un documento que anuncia el camino a transitar. Un camino que lanza su horizontal mirada al socialismo. Es así­ que, los objetivos de este programa, están direccionados hacia un cambio social profundo. Pensar lo humano, es pensar en las relaciones, o la manera en que nos relacionamos. Todo lo apuntalado al tema económico (que es lo que lamentablemente mueve al mundo, primando sobre lo humano) va de la mano con la reconstrucción de un tejido vincular, social, amoroso y mucho más humano (por lo menos del que tenemos). Pensar en la ciudad es pensar y sentir la manera en que nos desplegamos sobre la faz de la tierra, o pacha mama (El tema de la ciudad ya está muy bien esbozado en el libro de Mumford publicado abajo). En lo que a la ciudad o urbanismo se refiere en el plan de la patria en el obj. 3.4.12.2 se dice lo siguiente: "Implementar la ciudad compacta como modelo de desarrollo sustentable, con edificaciones de baja altura y alta densidad". La ciudad compacta es aquella que: "presenta una estructura y trama urbana de cierta compacidad, está cohesionada socialmente, genera espacios de sociabilidad, crea un territorio con cercaní­a a los servicios, propicia el encuentro de actividades y permite el desarrollo de la vida en comunidad" Para ello la vida pública y los espacios públicos deben ser en muchos casos retomados, (imprimiéndoles VIDA), potenciados, reconstruidos o sencillamente creados a partir de la construcción social de nuevos espacios de encuentro y aprendizaje. Siguiendo las orientaciones del plan de la patria, conseguimos lo siguiente en el obj. 3.4.12.16: "Implementar un plan de habilitación de espacios públicos en los centros poblados". Todos estos espacios públicos, o espacios de todas y de todos, adquieren sentido en la medida en que las relaciones sociales verticales y de carácter opresor vayan desapareciendo. Un trabajo liberador, una comunicación liberadora es pertinente con la nueva cosmovisión de la vida cotidiana y pública (entendamos que libertad no es hacer lo que nos venga en gana, la libertad para poderla ejercer, tiene sus limites. De otra manera caemos en un desenfreno mutilador de las intra e inter-relaciones con los otros y con lo otro que nos rodea). En todos estos espacios la generación de relaciones liberadoras es de un tenor fundamental, tanto así­ que en el plan de gobierno 2013-2109 menciona enfáticamente en su obj 3.4.12.19 lo siguiente: "Incorporar en los planes y proyectos urbanos las actividades productivas que generen trabajo liberador para los nuevos habitantes". Ahora bien, todo esto es posible si modificamos los mecanismos de relaciones personales, la nueva sociedad no puede construirse si no hay un modelo comunicacional nuevo, distinto, liberador e integrador (modelo comunicacional que va más allá de lo mediático, estamos hablando de formas de comunicarnos con los otros y con el mundo, formas de relacionarnos y vincularnos). Es de vital importancia entender que si no hay modificación de la subjetividad, todo lo demás que se haga es y será en vano, además de reproducir las mismas estructuras mentales, espirituales, sociales e históricas. La piedra angular para la edificación de una nueva sociedad en todos sus sentidos, está en generar un modelo de relacionamiento mucho más directo y natural, más genuino y menos material, apuntalado a la comuna, la vida comunal, es decir, en comunidad (comunidad, comuna, comunión, comunicación= código común) Es un modelo menos ávaro, donde las personas que hagan vida allí­ se conozcan, se inter-relacionen, reconstruyendo lo profundamente humano. Esto no es más que apuntar un poco más a la des-globalización o des-globo-colonización de la vida y pensar-nos y sentir-nos más en lo cotidiano, lo real, lo humano y la valoración de lo humano por encima de lo económico (actitud enunciada en nuestros discursos, pero no en la práctica). En sí­ntesis, es avizorar aquello que queremos ser, pero que aún no somos.

Que esta última frase anterior deje claro que el nuevo hombre, el nuevo humano se ES, SIENDO, en la praxis, por ello las palabras de Teresa Parodi y del compañero Tato Iglesias tienen un dejo de erudición y de esperanza que sigue alimentando como humus la fértil tierra del corazón:

"Ando con el alma en vilo
Pero no padezco de otro mal mayor
Claro, que me cuesta un poco
Convencerme a diario que así­ está mejor
Siento que aún puedo ser inocente
Pese a la insidia de alguna gente
Con otros muchos que por valientes
Han elegido siempre el amor
Mientras me dure la vida creo
Que habré de andar con los mismos sueños
Y aunque me quedan no pocos miedos
Ni así­ me muevo de lo que soy
Busco mirarme en los parecidos
Y hombro con hombro con ellos sigo
Amando el cielo que compartimos,
Créanmelo"
Teresa Parodi.

Es necesario volver a retomar sin miedos ni prejuicios el tema de la revolución. Una revolución que necesariamente tiene que partir de esta realidad, aceptando que vivimos en el sistema capitalista, debemos pensar, actuar y animarnos a vivir desde otros paradigmas.
No sólo diciendo sino haciendo, buscando coherencia entre la palabra y el gesto. Poniendo la paciencia impaciente en esta construcción.
Y tenemos que ir todos sin discriminaciones, los intelectuales y los artistas, los cojos, los mudos y los ciegos, los que pueden y los que no pueden.
Es darnos ánimo, encendernos los fueguitos, recuperar los ideales, tener siempre encendidas las luces del circo de la vida.
Aunque los payasos estén tristes, la soga de los trapecistas derruidas y la carpa remendada, el circo de una nueva vida debe continuar.
Está en nosotros
Tato Iglesias.

La ciudad en la historia, sus origenes, transformaciones y perspectivas
Lewis Mumford.

Plan de la Patria 2013-2019